El puntillismo o divisionismo es una técnica pictórica que consiste en representar la vibración luminosa mediante la aplicación de puntos que, al ser vistos desde una cierta distancia, componen figuras y paisajes bien definidos.
En los cuadros todos los colores son puros y nunca se mezclan unos con otros sino que es el ojo del espectador quien lo hace.
Cada uno de los puntos que componen la obra tienen un tamaño similar, de forma que el espectador no puede dejar de observar una perfección que hace pensar en una imagen idílica congelada, como una visión duradera de la realidad o la imagen.
George Seurat (1859-1891) es considerado el iniciador del puntillismo. A pesar de su corta vida, ha pasado a formar parte de la historia del arte universal con sus obras basadas en la racionalización de las emociones, las escenas y los colores.
Baño en Asnières (1884) es un magnífico cuadro donde se muestra una visión duradera de la realidad. En él hombres y niños charlan a orillas del Sena bajo un fondo del París industrial.
Un dimanche après-midi à l'Ile de la Grande Jatte,1884-1886.
Paul Signac (1863-1935), quien introduciría ciertos cambios respecto a su compañero. Transforma los pequeños puntos en pinceladas más amplias aportando mayor dinamismo a los cuadros que su compañero.
El castillo de los Papas de Avignon,1900.
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